El preparador físico sanjuanino, recientemente campeón en Indonesia, pasó por Ojo Deportivo y habló de su experiencia internacional, su vuelta al país, los desafíos del deporte en Argentina y su mirada sobre el básquet sanjuanino.
Tres años, un título y una decisión
Martín Galdeano vivió una experiencia profesional transformadora: tres temporadas en Indonesia, trabajando como preparador físico en un club de básquet profesional, en un proyecto que comenzó de cero y terminó levantando un título. “El club al que llegué era nuevo, con muchas ganas de crecer. El primer año fue de adaptación, el segundo de consolidación y el tercero se dio el título”, contó Martín, destacando la evolución del equipo y el compromiso del cuerpo técnico.
La competencia no fue sencilla. Se enfrentaron a planteles con más trayectoria y presupuesto, pero supieron construir una identidad. “No fue una temporada fácil, pero se logró el objetivo. Armamos un grupo muy sólido, con jugadores locales y extranjeros que se adaptaron a nuestra forma de trabajo”.
El idioma, el cuerpo técnico y la vida en el Sudeste Asiático
Uno de los grandes desafíos fue el idioma. Galdeano no hablaba inglés con fluidez cuando aceptó la propuesta, pero eso no lo detuvo. “Me estudiaba los ejercicios y los explicaba lo mejor posible. A veces no entendía todo lo que me decían, pero le buscaba la vuelta. Lo importante es encontrar la forma de comunicarte”, relató, destacando que el lenguaje del deporte, en muchos casos, trasciende las palabras.
El cuerpo técnico era integrado por profesionales de Argentina y Uruguay, lo que facilitó la dinámica interna. Además, el club ofrecía condiciones de trabajo excepcionales: gimnasio completo, tecnología de monitoreo con GPS, espacios de recuperación y una planificación estructurada. “Allá tenés todo: infraestructura, organización, materiales. Podés enfocarte solo en entrenar, algo que en Argentina cuesta”.
La vida fuera del club también fue una experiencia enriquecedora. En el primer año, la soledad y la distancia fueron difíciles de llevar. “Era gimnasio, leer, videollamadas. Fue duro”. Pero con el tiempo se adaptó y su pareja pudo acompañarlo: “Después ya con mi pareja allá fue más social. Incluso viajamos juntos a Tailandia. Empecé a disfrutar más”.
El argentino: versátil, adaptable y valorado
Durante su viaje, Galdeano tuvo una revelación sobre el valor del profesional argentino en contextos internacionales. Y no se trata solo del talento, sino de la resiliencia. “El argentino siempre tiene un plus”, asegura. Esa capacidad de adaptarse a contextos con recursos limitados, de encontrar soluciones creativas y de convivir con realidades exigentes, termina forjando un perfil profesional distinto.
Cuando ese mismo argentino llega a un entorno donde las condiciones están dadas, donde puede enfocarse exclusivamente en lo que tiene que hacer, ese esfuerzo acumulado y esa versatilidad se potencian. “Ahí te podés lucir mucho más —explica—, porque ya no estás preocupado por lo que falta, sino por hacer bien tu trabajo”.
Galdeano también destaca un valor intangible pero clave: el vínculo humano. “Tenés que tener habilidades comunicacionales, empatía con la gente con la que trabajás. Esos detallitos hacen la diferencia”. Y en ese sentido, siente que el argentino logra dejar una huella en los lugares que pisa, especialmente en áreas como la preparación física, donde la entrega y la cercanía importan tanto como el conocimiento técnico.
Volver a casa, sin arrepentimientos
Aunque tenía contrato vigente por una temporada más, decidió volver. “Me volví por decisiones personales, por la familia, por nuestro proyecto. No me arrepiento. Lo económico importa, pero hay cosas que pesan más”, expresó con claridad.
Hoy está de regreso en San Juan, al frente de su gimnasio y proyectos personales. “Estar presente también es importante. Hoy valoro poder acompañar a los míos, estar cerca. Y si llega otra oportunidad en el futuro, la analizaré, pero ahora estoy bien acá”.
Martín no se quedó quieto tras su regreso. Además de continuar con su trabajo como preparador físico, se animó a explorar nuevas disciplinas como el judo, y mantiene el contacto con exjugadores que formó, incluso desde el otro lado del mundo. “Extrañaba todo: el mate, la carne, el vino. La adrenalina de estar en una cancha no se olvida, pero uno pone en la balanza muchas cosas más importantes”.
Una crisis estructural que va más allá del básquet sanjuanino
Para Martín Galdeano, la situación crítica que atraviesa el básquet en San Juan no es un caso aislado, sino parte de un deterioro estructural a nivel nacional. “No es solo el básquet sanjuanino. Es el básquet argentino el que está atravesando un bajón fuerte, con un deterioro económico importante”, afirmó. Aunque destacó que este año hubo cierta mejora en la Liga Nacional (con el regreso de varios jugadores que estaban afuera), remarcó que los problemas de fondo persisten, especialmente en la organización y en la política deportiva.
Uno de los síntomas más preocupantes, según Galdeano, es la pérdida de espacios formativos históricos: “Ya no se hacen los Argentinos de Selecciones, que eran fundamentales para darle vida al básquet del interior. Ahí los pibes podían mostrarse. Ahora todo se reduce a torneos federales o de clubes, y no es lo mismo”.
También fue crítico con la Confederación Argentina de Básquet (CAB): “Desde lo organizacional, no lo veo bien. Hay muchas cosas para discutir. La infraestructura no está en el nivel que debería, y la política metida en el deporte termina corriendo el foco. Cuando lo más importante deja de ser el básquet, se empiezan a descuidar cosas esenciales”.
Para Galdeano, la crisis no es solo económica, sino sistémica. Y afecta en todos los niveles: clubes que no pueden sostenerse, entrenadores que deben tener otro trabajo para sobrevivir, y jugadores que ven cada vez más difícil profesionalizarse. “El básquet se vuelve un hobby. Ya no podés vivir de esto”, resumió.
En contraste, destacó el caso de la UAR como un caso de estructura sólida: “Dentro de lo político, lograron una organización que no se ve tan afectada. Pero en los demás deportes, la situación es muy distinta. Todo el sistema está afectado”.