El arquero sanjuanino comparte su inspirador viaje desde las canchas de San Juan hasta su presente en Racing Club, donde combina deporte, estudio y enseñanza, siempre con la mirada puesta en el profesionalismo y el anhelo de regresar a su tierra natal.​

A los 20 años, Dalmiro Mateo Parron Segovia ha trazado un camino en el futsal que refleja pasión, dedicación y una búsqueda constante de crecimiento. Su historia comienza en San Juan, donde defendió los colores de clubes como Don Bosco, Sindicato Empleados de Comercio y Krause. Sin embargo, su deseo de alcanzar nuevas metas lo llevó en 2023 a Buenos Aires, con el objetivo de probarse en equipos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y continuar sus estudios.​

"Juego en Buenos Aires desde el 2023, cuando traté de forma particular conseguir pruebas en equipos de futsal de AFA de primera. Llegué a Hebraica en el 2023. Me fui por un doble propósito: temas de estudio y, como primera opción, venir a jugar", relata Damiro sobre su decisión de mudarse a la capital argentina.​

Actualmente, integra las plantillas de primera división y reserva de Racing Club. Su rutina diaria es intensa:

"Despertamos a las 6 de la mañana, vamos al club donde entrenamos con el equipo a las 7:30 u 8 de la mañana. Una vez finalizado el entrenamiento, voy al gimnasio y, cerca del mediodía, almuerzo. Por la tarde, dependiendo del día de la semana, voy a cursar a la facultad o vuelvo al club para dirigir unas categorías y entrenar a arqueros de una liga paralela que también juega en Racing. Hasta que termino, se hace un poco tarde; vuelvo a mi casa, como algo y me acuesto".

Además de su compromiso deportivo, Damiro cursa la Licenciatura en Administración Agraria y trabaja como entrenador en el club, dirigiendo categorías juveniles y entrenando arqueros. El 2024 fue un año significativo para él:

"Tuve la posibilidad de jugar todos los fines de semana, tomar muchos minutos en lo que sería mi categoría en ese momento, la reserva, y de entrenar con un grandísimo plantel de primera división. Pude asentarme en primera también. Ese año, en Buenos Aires, pude tener la compañía de mi hermano, quien también vino y estuvo ese año acá. Así que estaba muy cómodo, la verdad".

Para el 2025, Damiro se plantea nuevos desafíos:

"Este 2025, en lo deportivo, viene bien, sabiendo el rol que me toca como quizá ahora un tercer arquero. Tenemos un grupo muy bueno y que empezamos muy bien. En lo personal, creo que me queda mucho para demostrar. Un objetivo que me propuse era seguir compitiendo acá en el futsal de AFA, aprovechando las comodidades que brinda Racing Club. Sabiendo de antemano que este año iba a ser complicado, un objetivo era tener la oportunidad en primera y demostrar que estoy a la altura y puedo".

El sueño de Damiro es claro:

"Mi sueño es vivir de lo que me gusta, que en este momento sea lo que estoy estudiando y el futsal. Creo que las dos cosas son mis pasiones, totalmente opuestas, pero es lo que más quiero. Llegar a ser un deportista profesional es por lo que me vine a Buenos Aires. Mi idea es irme al exterior, no toda la vida, sino unos años que me permitan ser jugador de futsal profesional. Estar acá ahora en Buenos Aires suma muchos puntos para eso que busco".

A pesar de sus aspiraciones internacionales, el vínculo de Damiro con San Juan permanece intacto:

"A mí me gusta mucho San Juan; los que me conocen saben que amo San Juan y el futsal. Volver a estar en San Juan también es algo que deseo mucho. Disfruto todo el día a día acá, porque sé que voy a volver a San Juan, a seguir jugando y a hacer crecer el deporte en la provincia. Tengo 10.000 proyectos y 10.000 cosas para hacer en la provincia. Sé que voy a estar en una cancha de futsal la mitad del día, y la otra mitad haciendo algo con lo que estudié. O si puede ser todo el día metido en una cancha, mejor. Dedicarme en San Juan sería espectacular. Sé que muy pronto voy a estar en San Juan y estar ahí toda la vida, vinculado con el futsal, eso sin duda. Ese sería mi sueño después de que cumpla el de ser profesional".

La historia de Damiro Pajón es un testimonio de perseverancia y amor por el futsal, reflejando el espíritu de aquellos que, con esfuerzo y dedicación, buscan dejar una huella en el deporte y en su comunidad.