Giuliani pasó por el streaming de Ojo Deportivo y dejó una entrevista inolvidable.
Más de una hora de charla, con historias de vestuario, recuerdos de juventud, análisis futbolístico y muchas anécdotas que lo pintan como lo que es: un apasionado del fútbol y de la vida.
De jugador a técnico sin escalas (y sin filtros)
Giuliani es hoy el director técnico de López Peláez, equipo que milita en la Primera División del fútbol sanjuanino y que atraviesa un gran presente. Sin embargo, su historia en el club empezó como jugador. “Me retiré mil veces, pero ese último año era el definitivo”, contó entre risas. Lo cierto es que tras lograr el ascenso, el presidente del club lo convocó para asumir como DT. “Ya conocía el club, me sentía parte. Era el paso natural”.
El cambio de compañero a entrenador no fue sencillo: “Tuve que marcar una línea, cambiar el trato, bajar una idea de respeto sin volverme un sargento. Por suerte, lo entendieron todos”. Hoy lidera un plantel competitivo que apunta alto: “Siempre apuntamos a estar arriba. No me interesa ir a empatar o ver qué pasa. Si jugamos, es para ganar”.
Sueños, presión y fútbol en la almohada
Confeso hincha de Independiente (“si tengo que elegir un solo club para dirigir, elijo al Rojo”), Giuliani no esconde su obsesión por el juego. “Una vez estábamos viendo una película y se me ocurrió una jugada de pelota parada. Fui a buscar el cuaderno a las 4 de la mañana. Si no lo anotaba, me lo olvidaba”.
Esa pasión, que mezcla obsesión táctica con amor por lo que hace, se ve también en el vínculo con sus jugadores: “Me gusta que sean mejores no solo como futbolistas, sino como personas. A veces hablamos de la vida. Esas charlas también forman”.
Entre la picardía, las anécdotas y la seriedad
El paso de Giuliani por Ojo Deportivo también dejó perlitas impagables. Historias con su hermano Giuliano, el equipo “Casino FC” (nombre inspirado en una noche de timba) y audios de excompañeros y actuales dirigidos como Aarón Agüero, que lo definió como “un técnico que saca la mejor versión de sus jugadores”. También hubo lugar para juegos, confesiones y hasta una mención a su jardín, que cuida con la misma dedicación que a su equipo.
Pero no todo fue color de rosa: Giuliani también reflexionó sobre los errores arbitrales, la falta de sanciones y el impacto de las decisiones externas. “Si nosotros nos equivocamos, pagamos con sanciones. Sería bueno que todos los que integran el fútbol estén bajo las mismas reglas”.
López Peláez y el futuro
Con un gran presente y la mira en lo más alto, el DT no duda: “Queremos clasificar y soñar en grande. Pero para ir por más, hay que tener bases sólidas”. Por eso apuesta también al desarrollo de inferiores, aunque reconoce que sin recursos se hace cuesta arriba. “Todo es plata. A veces no hay para cinco profes o un coordinador. Pero si queremos crecer como fútbol local, hay que apostar por abajo”.
Lucas Giuliani es eso: pasión con método, humor con estructura, fútbol con corazón. Un personaje querido en el ambiente y un DT que promete seguir dando qué hablar. Y si un día lo ven con un cuaderno en la cama a las 4 de la mañana, no se preocupen: seguro se le acaba de ocurrir otra jugada.
